martes, 11 de febrero de 2020

Antología II


Deja tu comarca entre las fieras y los lirios. Y ven a mí esta noche oh, mi amado, monstruo de almíbar, novio de tulipán, asesino de hojas dulces. Así, aquella noche lo clamaba yo, de portal en portal, junto a la pared pálida como un hueso, todo llena de un miedo irisado y de un oscuro amor. Ya era la edad en que las abuelas habían retrocedido a moradas de subtierra y sólo sus almas perduraban encadenadas a las lámparas estremeciendo mariposas verdes y amarillas a la hora de los fuegos y los rezos. ¡Oh, mi amor!— lo clamaba yo, de puerta en puerta, de muro en muro- perdí mis trenzas, estoy desnuda, se cayó el sándalo de los medallones, la luna paró sobre las chimeneas su trineo de coral. Y no vienes, hombre, rosa, crimen, corazón. Voy a quebrar las almendras, a comer alabastro amargo. Voy a matar los panales. Me has hecho imaginar inútilmente tus médulas de sándalo, tu corazón de fuego. Ahora, reirán de mí las muertas que se acuerdan de tu amor.
Así mentía yo, abrazada a su melena de oro, a su terrible miel. Él hablaba una lengua casi inteligible; pero, un rocío voraz, una lepra de flores, le terminaba el rostro. Y dentro estaban el azúcar y las cruces y los espejos con olor a jacintos. Nos acercamos a la mesa. Las abuelas renacieron en las lámparas. Le dije que iba a guardarlo, que iba a besarlo, que iba a guardar su corazón entre las piñas y los licores y las medallas. Otra vez jardín y sombras y columnas rotas y los cisnes serios como hombres. Empecé a matarlo. Porque no digas mi amor a nadie—a entreabrirle los pétalos del pecho, a sacarle el corazón. Él se apoyó en mi brazo, le latía con locura el almíbar de los dedos. Empezó a morir. Cerca del bosque empezó a morir. Rompí a llorar. Voy a matar los panales; voy a quebrar las almendras, a comer alabastro amargo. Su muerte siguió a lo largo del bosque. Quise recogerla en mi saya, reunirla en mis brazos, abrazarla. Voy a tener hijos de almíbar y de pétalos y no podrán besarte.
Si encuentras a la que fue mi infancia
Le pones violetas en el pelo,
tréboles en los ojos,
una uva en la boca
y almendras en el corazón.
Ella comprenderá.

Edith Vera


Hay en la intimidad un límite sagrado

Hay en la intimidad un límite sagrado
Que trasponer no puede aun la pasión más loca
Siquiera si el amor el corazón desgarra
Y en medio del silencio se funden nuestras bocas.
La amistad nada puede, nada pueden los años
De vuelos elevados, de llameante dicha,
Cuando es el alma libre y no la vence
La dulce languidez del goce y la lascivia.
Pretenden alcanzarlo mentes enajenadas,
Y a quienes lo trasponen los colma la tristeza.
¿Comprendes tú ahora por qué mi corazón
No late a ritmo debajo de tu diestra?

Anna Ajmátova


Este compromiso es como la luna del sol;
nuestro éxito de la vida, la pasión del mundo.
Este amor tiene la flor de las palabras,
tu comida con todos los ojos de las flores.
Tu compromiso no ha perdido sus ojos,
un héroe levanta el azul esmeralda.


"Te amo irremediablemente, como se ama el mar.
Me impaciento e imagino el momento en que cerraremos tras nosotros la puerta de tu cuarto.
Dame detalles acerca de tu vida. Ayúdame a imaginarte. ¿Te ves morena y bella como para que uno se derrita? ¿Cómo llevas el cabello? Dime lo que haces, lo que piensas.
Estoy que ardo, por dentro, por fuera. Todo arde, cuerpo, alma, encima, debajo, corazón, carne.
Intento imaginarte, reconstruirte a distancia..."

Así le escribía Albert Camus a María Casares.



"No tengo novia porque no tengo ganas de tener novia; por pereza; por desgane; por aburrimiento. Estoy muy enamorado, pero eso no tiene que ver nada con esto. A lo mejor un día de éstos dejo de escribirte. O te escribiré solamente cuando tenga deseos, necesidad de hacerlo. No me gustan los trámites, las fórmulas en el amor; no me gustan los compromisos, los juramentos. Si tú quieres escribirme -porque quieres escribirme- cada tres días, encantado. Si yo quiero hacerlo del diario, tanto mejor. Pero siempre la cosa espontánea y natural. Quiero ser libre dentro de esta esclavitud. Te quiero, sí, te quiero: pero a medida de que te quiero se me van haciendo innecesarias las palabras; tengo que saber que no es indispensable el decírtelo.¿Comprendes? Si tú no fueras tú, no diría esto. Podrías salirme con que no te quiero, con que no te comprendo, con que no soy tuyo. Pero tú tienes que ser tú, diferente, exclusiva, única".

(Jaime Sabines, Cartas a Chepita)


"Tu belleza para mí está en que existes".
(Fernando Pessoa)


"Ayer te besé en los labios
Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago ,
que un milagro, más. El tiempo.
Después de dártelo
no lo quise para nada, ya;
para nada lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.

Hoy estoy besando un beso.
Estoy solo con mis labios.
Los pongo no en tu boca, no, ya no
—¿a dónde se me han escapado?—
Los pongo en el beso que te di ayer,
en las bocas juntas del beso,
que se besaron.
Y dura este beso más que el silencio,
que la luz.
Porque ya no es una carne,
una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos"

Pedro Salinas, Cartas a Katherine Whitmore


"El aliento nocturno es tu sábana,
la tiniebla se acuesta a tu lado.
Los tobillos te roza, las sienes;
te despierta a la vida y al sueño,
te rastrea en el verbo,
en el deseo, en las ideas,
duerme con cada una de ellas
y te atrae con halagos.
Te peina la sal de las pestañas,
te la sirve a la mesa,
les escucha a tus horas la arena
y la pone a tu alcance.
Y aquello que era cuando rosa era,
sombra y agua, te lo escancia".

Paul Celan, Sueño y sustento


"Despierta como quieras, pero despierta en mí,
en el frío, en mis silenciosas profundidades.

No te imploraré palabras, pero dame
una señal de que aún estás vivo.

No por mucho tiempo... sólo un momento de tu tiempo.
Si no un verso, sólo un suspiro, sólo un grito.

Sólo un susurro o sólo una queja.
Sólo el sordo sonar de tus cadenas".

Olga Berghólz, Al canto

–No decía palabras–

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en
dos,

ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza
porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.

Luis Cernuda



ESTÁS CANSADA

Estás cansada
yo creo
del perpetuo enigma de vivir y sus afanes;
y yo también.

Ven conmigo, pues,
y partiremos muy lejos
sólo tú y yo, ¿comprendes?.

Tú has jugado
yo creo
y has roto tus juguetes más queridos,
y ahora estás algo cansada;
cansada de las cosas que se rompen,
cansada, eso es todo.
Yo también.

Pero vengo con un sueño en mis ojos esta noche,
y llamo con una rosa
a la desolada verja de tu corazón.
¡Ábreme!
Que yo te mostraré lugares que nadie conoce
y, si tú quieres,
las perfectas regiones del Sueño.

¡Ah, ven conmigo!
yo te encenderé esa maravillosa burbuja, la luna,
que perenne flota.
Te cantaré la canción jacinto
de las probables estrellas,
y buscaré en las apacibles estepas del Sueño,
hasta encotrar la Flor Única,
que sustentará yo creo tu tierno corazón
mientras la luna se eleva desde el mar.

E.E.Cummings


Entro en tu amor como en una iglesia
en la que flota un velo azul de incienso y silencio.

Georges Rodenbach


Escucha
Robo en las noches
las rosas de tu boca,
para que ninguna mujer se sacie.

La que te abraza
me roba con mi temblor
lo que en torno a tus miembros pinta.

Soy tu frontera.
Quien te roce
se despeñaría.

¿Sientes mi existencia
por doquier
como linde distante?

Elsa Lasker-Schüler



Porque, ¿ves?, todos los días te amo más,
Hoy más que ayer y mucho menos que mañana.

(Rosemonde Gérard)

“Yo no creo en el amor, porque solo creo en el amor”.
(Christian Bobin)

Sólo puedo escribir de amor.
Salgo a la noche
respiro su aire tenso, sé que vivo.
Con su canto monódico me seducen los grillos.
Y es la noche sin ti lo que yo escribo.
En el verso me abstraigo.
y allí el amor es sangre y meteoro,
es la espada que hiere, es sal y madrugada.
Breve es y bello y mentiroso,
y eterno y falso y dulce y verdadero.
Y yo sólo sé hablar de la tormenta
que estalla entre tus besos.
Ebria y multicolor
en anodinas calles la ciudad multiplica
mil rostros pianos y una sola mueca,
y abre sus tristes puertas a la noche.
Todo está allí para que la palabra
aprese un llanto, un árbol, la monstruosa
soledad de sus calles vocingleras.
Y yo tan sólo escribo
de la tarde sin ti y de mi tristeza."

Piedad Bonnett



Ponemos tanto azul en esa distancia
anclada en claridad incierta
y nos quedamos en las paredes del viento
a escurrir todo lo que él invade.

Pusimos tantas flores en las horas breves
que secan hojas en los árboles de los dedos.
Y quedamos ceñidos en las estatuas
a mordernos en la carne de un secreto.

Natalia Correia



A las bacterias de la levadura
Hay que dejarlas quietas
Y a oscuras para que se activen
También a las palabras
Una debe darles espacio
Para que traigan recuerdos
De texturas y sabores
Probados tiempo atrás

Westonia Murray



La palabra que sana

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.

Alejandra Pizarnik



A quien corresponde

Me crees cuando te digo / eres hermoso
Estoy aquí y te miro desde donde nace la visión de mis ojos y la visión de los tuyos
y en la visión de tus ojos te veo y eres un animal
te veo y eres divino te veo y eres un animal divino
eres hermoso
lo divino no está separado de la bestia; es la criatura total que
se trasciende
el mesías que ha sido invocado ya está aquí
eres ese mesías esperando renacer en la conciencia
eres hermoso; todos somos hermosos
eres divino; todos somos divinos
la divinidad se reconoce en su propio reflejo
acepta el ser que eres ilumínate
con la claridad de tu luz

Lenore Kandel



El lazo de tus brazos deslumbrantes y frescos.

Una aventura de primavera ya en verano
verde en los prados blancos
cribada de esperanza y de rocío.

No olvidemos al ruiseñor
ni el ajedrez escondido en la arena
ni los huesos de los difuntos
ni las hojas muertas que entraron
en la eternidad de diciembre.

Una mirada amplia como el silencio
en este momento nacemos
dicha de los ojos el amor no tiene límites
antigua confianza conservada
brazos pródigos brazos repetidos
alimentados de sueños.

Como si no estuviéramos más que tú y yo en la tierra
y la sonrisa de nuestros gestos simples.
Podemos permitirnos
no olvidarnos de nada
promesas sin razón pues todo hemos jurado
desde siempre
nada tenemos que inventar.

Y a todas partes vamos.


Paul Eluard



"Enamorarse es producir una mitología privada y hacer del universo una alusión a la única persona indudable".

Jorge Luis Borges



"Tu recuerdo se enreda a mi alrededor como una manta
cobijándome del frío, brilla con mi cuerpo en el silencio mojado
de esta tarde en la que te escribo, en la que puedo hacer nada más que pensarte
y decir tu nombre en secreto, para dentro de mi boca
envolviéndolo en el recinto de mis dientes,
mordiéndolo hasta gastarle las letras, hasta gastar tanto
nombre tuyo que me ha ido acompañando, para volver a revivirlo
arrullándome yo misma con tu voz y tus ojos,
meciéndome en este tiempo sin horas en que te quiero
en que amo cada minuto que ha quedado impreso en mi memoria para siempre".

Gioconda Belli



[PERO, DIME, ¿CONOCES...]
Pero, dime, ¿conoces las noches de amor? ¿Flotaron en tu sangre
las tiernas palabras como sépalos?
Dime, en tu cuerpo amado, ¿no hay lugares que conservan recuerdo como ojos?

París, verano de 1909

Rainer María Rilke


Y TUS LÁGRIMAS

La cama está
en el medio del suelo
las sábanas abanicando fríos azulejos
sé que estás pensando en acá
día y noche
es por eso que yazgo quieta como la tumba
bajo el cielorraso blanco
que pronto ha de florecer
porque te estás muriendo por mí
día y noche
prometí mentir
en el medio de la isla
en el valle profundo
queridísimoamor
y tus lágrimas bajan planeando en paracaídas de tulipanes
sobre mi edredón
para que yo pueda dormir

SIGURBJÖRG THRASTARDÓTTIR




“Bajo tu tacto tiemblo como un arco en tensión palpitante de flechas y de agudos silbidos inminentes".

Rosario Castellanos



EL CÍRCULO

Tú eres el dolor
y la cura
del corazón sufriente.

Tú eres el amante, amor,
y Amado.

Tú eres el centro,
el círculo,
el compás que une.

Tú te mantienes lejos
de cualquier velo.

Hazin Lâhìjì



HORA DE REGALOS

Desde el agua de luna, desde la neblina en el espejo, surgió
un delgado cuerpo de porcelana.
Un jarrón pálido y pesado. Lleno de frambuesas de sangre.
¿Cómo puedes soportar esta tristeza, mi amante, mi amor?

No llegues tarde. Dame tu tobillo y tu frente, No mañana.
Hoy las paredes de mi cuarto están frescas,
tiernas y escondidas como el interior del pan.

Mirá, todavía brillan blancas y deliciosas de noche: mis
rodillas. Tomalas. Son tuyas. No las ves, temblando
y llenas como dos copas de leche.

María Banus




Y yo podría
ir a buscarte
con una corona de nubes
iría

recorreríamos juntos
ese trayecto

me cortaría mechones del cabello
para tejer un mundo poético
para tejernos un mundo poético
en la luz.

Nína Björk Árnadóttir



SONETO DE LA DULCE QUEJA

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

Federico García Lorca



"He vuelto mis ojos, convocados por ti. Esta tormenta que surge no retendrá mi espíritu, sino que lo exaltará. Todo mi cielo residió en tu pecho, y sólo allí encontraré la eternidad."

Charlotte Brontë



Amor es...

Amar la gracia delicada
del cisne azul y de la rosa rosa;
amar la luz del alba
y la de las estrellas que se abren
y la de las sonrisas que se alargan...
Amar la plenitud del árbol,
amar la música del agua
y la dulzura de la fruta
y la dulzura de las almas dulces....
Amar lo amable, no es amor:

Amor es ponerse de almohada
para el cansancio de cada día;
es ponerse de sol vivo
en el ansia de la semilla ciega
que perdió el rumbo de la luz,
aprisionada por su tierra,
vencida por su misma tierra...

Amor es desenredar marañas
de caminos en la tiniebla:
¡Amor es ser camino y ser escala!
Amor es este amar lo que nos duele,
lo que nos sangra bien adentro...

Es entrarse en la entraña de la noche
y adivinarle la estrella en germen...
¡La esperanza de la estrella!...

Amor es amar desde la raíz negra.
Amor es perdonar;
y lo que es más que perdonar,
es comprender...
Amor es apretarse a la cruz,
y clavarse a la cruz,
y morir y resucitar ...

¡Amor es resucitar!

Dulce Maria Loynaz



Qué será ser tú
Qué será ser tú.
Éste es el enigma, la atracción sobrecogedora
de conocer, el irresistible afán de echar el ancla
en ti, de poseerte.
Qué será la perplejidad de ser tú.
Qué, el misterio, la dolencia de ser tú y saber.
Qué, el estupor de ser tú, verdaderamente tú y,
con tus ojos, verme.
Qué será percibir que yo te ame.
Qué será, siendo tú, oírmelo decir.
Qué, entonces, sentir lo que sentirías tú.

Ana Rossetti



AMOR MÍO

Amor mío, mira mi boca de vitriolo
y mi garganta de cicuta jónica,
mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere
por los desiertos de tomillo de Rimbaud,
mira los árboles como nervios crispados del día
llorando agua de guadaña.

Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,
también en la capilla del espejo esto veo,
y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra
Alejandría
ni escribir cartas para Rilke el poeta.

Blanca Andreu





"Y mi Amado dice: Mirame y escuchame, porque estoy aquí solo para ello...

Yo Soy tu luna y tu luz de luna también,
Yo soy tu jardin de flores y tu agua también,

He venido todo este camino ansioso por ti, sin zapatos o chal.

Quiero que rias, eliminar todas
tus preocupaciones, amarte, nutrirte.

Oh, dulce amargura... Te aliviaré, y sanaré.

Te traeré rosas...

Yo también he sido cubierto con espinas..."

Rumi



Ahora

Ahora como un ángel apareces
y me rodeas sin decirme nada.
Ángel que yo cuidara tantas veces
sin saberlo, callada.

En todo lo que miro permaneces
como el aire feliz de la mirada.
Me parezco a tu ausencia y te pareces
a mí resucitada.

Porque viniste cuando me moría
a devolverme a vivas caridades;
porque mi noche muda se hizo día

por gracia de tu voz iluminada,
en esta eternidad con que me invades
yo que no era, soy tu enamorada.

María Elena Walsh



“Uno no es la mitad de dos; dos son las mitades de uno”.

E.E. Cummings





EL FÉNIX

Soy el último en tu camino

última primavera última nieve

última lucha para no morir



Y estamos aquí abajo más arriba que nunca.



Hay de todo en nuestra hoguera

piñas sarmientos

pero flores también más potentes que el agua

Barro y rocío.

La llama a nuestros pies la llama nos corona



A nuestros pies insectos aves hombres

van a volar

Los que vuelan se posarán.



El cielo está claro la tierra sombría

pero el humo se va al cielo

el cielo ha perdido todos sus fuegos

la llama ha quedado en la tierra.



La llama es la nube del corazón

y todas las ramas de la sangre

canta nuestra canción

disipa el vapor de nuestro invierno.



Nocturna y con horror llameó la pena

florecen las cenizas en alegría y belleza

siempre damos la espalda al sol poniente



Todo tiene el color de la aurora.


Paul Éluard


📷Detalles de La cigale,
de Jules Joseph Lefebvre, 1872


1 comentario:

  1. Maravillosa la selección de poemas y regalo uno.
    Gracias☺️

    SIN LEYES

    En esta cama donde el sueño es llanto,
    no de reposo, sino de jornada,
    nos ha llegado la alta noche. ¿El cuerpo
    es la pregunta o la respuesta a tanta
    dicha insegura? Tos pequeña y seca,
    pulso que viene fresco ya y apaga
    la vieja ceremonia de la carne
    mientras no quedan gestos ni palabras
    para volver a interpretar la escena
    como noveles. Te amo. Es la hora mala
    de la cruel cortesía. Tan presente
    te tengo siempre que mi cuerpo acaba
    en tu cuerpo moreno por el que una
    una vez mas me pierdo, por el que mañana
    me perderé. Como una guerra sin
    héroes, como una paz sin alianzas,
    ha pasado la noche. Y yo te amo.
    Busco despojos, busco una medalla
    rota, un trofeo vivo de este tiempo
    que nos quieren robar. Estás cansada
    y yo te amo. Es la hora. ¿Nuestra carne
    será la recompensa, la metralla
    que justifique tanta lucha pura
    sin vencedores ni vencidos? Calla,
    que yo te amo. Es la hora. Entra y un trémulo
    albor. Nunca la luz fue tan temprana.

    Claudio Rodríguez

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