jueves, 30 de mayo de 2013

Marilyn y el Ulises


En un interminable gesto rubio,
también fuiste delgada y retahíla;
un inmenso mar sin pausa ni comas
a punto de morirse
–por amor oscuro–
dentro de la última página.

Iván Onia Valero de Galería de Mundo y Olvido
Ilustración de Álvaro Escriche

miércoles, 29 de mayo de 2013


El Gusanito Lector (C/ Feria 110)

Esta tarde noche he disfrutado de un recital en la Librería El Gusanito Lector, acompañado en la voz y los poemas de la poeta Ana Isabel Alvea y en la cercanía y el silencio de los amigos que saben desordenarse por las librerías de barrio y por las luces abiertas de finales de mayo. Gracias por el buen rato.

domingo, 26 de mayo de 2013

Moonlight in Vermont

Peniques en un arroyo
hojas que caen, un sicómoro.
Luz de luna en Vermont

Oleadas de dedos congelados,
pistas de esquí en un lado de la montaña.
Luz de nieve en Vermont

Cables telegráficos que bajan cantando desde las cumbres
y recorren cada curva del camino,
la gente que se encuentra en ese ambiente romántico
está hipnotizada por el encanto de la ...

brisa de la tarde de verano,
gorjeo de una alondra.
Luz de luna en Vermont

Cables telegráficos que bajan cantando desde las cumbres
y recorren cada curva del camino,
la gente que se encuentra en ese ambiente romántico
está hipnotizada por el encanto de la ...

brisa de la tarde de verano,
gorjeo de una alondra.
Luz de luna en Vermont.
Tu, yo y la luz de luna en Vermont.

Pennies in a stream
Falling leaves, a sycamore
Moonlight in Vermont

Icy finger-waves
Ski trails on a mountainside
Snowlight in Vermont

Telegraph cables, they sing down the highway
And travel each bend in the road
People who meet in this romantic setting
Are so hypnotized by the lovely...

Ev'ning summer breeze
Warbling of a meadowlark
Moonlight in Vermont



Telegraph cables, how they sing down the highway
And they travel each bend in the road
People who meet in this romantic setting
Are so hypnotized by the lovely...

Ev'ning summer breeze
The warbling of a meadowlark
Moonlight in Vermont
You and I and Moonlight in Vermont



John Blackburn y Suessdorf Karl

jueves, 23 de mayo de 2013

En la revista Papel Literario (pestaña artículos) aparece la reseña que, sobre Galería de Mundo y Olvido, ha realizado el poeta Francisco Basallote. Desde aquí mi gratitud y el honor por ser reseñado por tan importante figura literaria.



Hace poco tiempo un gran poeta, Félix Grande, me decía que gracias a la juventud , la poesía española está cambiando y así es; como los grandes movimientos culturales es un cambio lento, silencioso y a la vez profundo, no se trata de una revolución ni un corte brusco, es como una silenciosa penetración en el ámbito poético de una joven generación que como en un descendimiento biológico aparece de forma y voz plural en todos los rincones del país cargados de una verdad que late en sus corazones, que se reconoce en las voces pasadas pero que se acoplan al ritmo del nuevo tiempo pausadamente, no vienen con actitudes despectivas, antes bien respetuosamente con las poéticas que le precedieron y de algunas de las cuales beben; aunque han buscado en otras raíces el elixir que les alimenta, descubriendo sus espejos poesías hasta ahora intangibles para muchos poetas anteriores.


En estas páginas hemos dado cuenta de obra de autores jóvenes, algunas de ellas óperas primas con tan alto grado de madurez que demuestran que no se tratan de advenedizos sino de serios valores a tener en cuenta. Entre ellos traemos hoy a estas páginas a Iván Onia Valero (Sevilla, 1980), que a los dos años de su primera obra: “Tumbada cicatriz”, nos presenta un poemario “ Galería de mundo y olvido”, en el que demuestra con una acertada perspectiva sobre el paisaje que la cotidianidad le ofrece, una poesía llena de madurez en el camino emprendido hacia la búsqueda literaria de su verdad, que se abre ante sí prometedoramente.


Dice de sí el propio poeta:.“Como todos los jóvenes yo también vine a llevarme la vida por delante, pero a diferencia del genial Gil de Biedma, siempre he sido consciente de que el tiempo deja esqueletos en la cama y hay que sacudir las sábanas a diario. (…)Hay aristas de acero en esos pasajes de la vida que se fueron y, al querer asirlos, resbalan cortándonos las manos, de modo que sólo hallé en el verso la máquina capaz de recolectar todo aquello, si bien no para que hiciera menos daño, sí para hacerlo más bello y susceptible de ser colocado en estanterías. De modo que poco a poco fui rellenando los anaqueles con la arcilla de la memoria, leí a poetas que me enseñaron sus pequeños museos y me mostraron las endecasílabas jaulas donde metían, para más seguridad, su voz y su palabra, me abandoné a la desnudez de la idea y al brillo de la metáfora y quise dejar constancia de mi virtud en cada poema que llegaba al final con la sentencia firme del que pareciera, de nuevo, mi poema definitivo”.

En esa ascesis personal se fundamenta indudablemente ese músculo poético, esa certera asunción de la palabra como instrumento cabal para labrar verso a verso una estructurada poética, cimiento de un edificio sólido que en su autenticidad se manifiesta fehacientemente.

Tiene esta “Galería de mundo y olvido” tres partes diferenciadas, en su estructura, no en su concepción poética:”Galería de mundo”,”XXX poemas en los huesos” y “Olvido”, como si quisiera expresar tres posiciones dentro de su universo poético. En “Galería de mundo” se expresa en un rico lenguaje, lleno de afortunadas metáforas e imágenes que bordan el surrealismo, la fuerte cotidianidad expresada como un medio agreste, incómodo y lacerante para su fragilidad , con el que el poeta dialoga y a veces transmite las angustiadas cuestiones que la vida le presenta: “…/A veces quiero hablar sólo mitades/ para abrirme el hígado la sonrisa limpia/ que traza el escalpelo y ver brotar así/ el hemisferio de negrura que me completa/ en la cara lavada del espejo./…”; “…Sé que frente al espejo no soy más / que este puñado de rutinas,/ estos zapatos gastados/ y, sin embargo, estoy viendo mis ojos/ redondearse en un asombro ignoto,/….” , aunque en la normalidad de lo cotidiano tenga que encontrarse consigo mismo en la ciudad: “ Es normal caminar y desandar/ las avenidas anchas y templadas: / Pisar como a palomas muertas, fechas/ que nos relatan quiénes hemos sido…” ; “ ..Qué viento urbano te suspende,/ balancea tu anatomía/ de cadáver novato/ por la tarde en ciernes ./…”. Y en este escenario se hace patente la poesía: “… cuando aún/ la poesía no era el labio duro/ donde llagarse,/ la carne abierta por la que decimos./…”, que será “ Búsqueda …/…/ susurro táctil que permita ondas/ un instante…” .

La segunda parte, “XXX poemas en los huesos”, es como un esquema de la poética del autor, no solo por la brevedad de los poemas, algunos de dos versos solamente, con una importante carga aforística; sino porque logra conceptualmente concentrar la hondura de su pensamiento en la breve dimensión de sus poemas, algunos de una pureza que nos recuerda a Valente o a Blanca Varela: “Para que todo sea; para hacer de la muerte otras sombras,/ del insecto, el órgano puro./ Dices corazón o árbol, / te haces nombre de ojos abiertos.” , “No existe, solo somos nosotros/ mirando por las ventanas y los espejos de barro./ Carne convertida en piedra./ Aire que no es más que fotografía.”.En algunos casos tan profundamente expresivas: “Hasta mi pluma miente si pronuncio/ - líquidas, negras – estas alambradas.”.

Mientras, la tercera parte, “Olvido”, no es sino el eterno peaje que todo poeta hace al tiempo, a quien en estos extraordinarios poemas de la memoria, paradójicamente quiere revestir de olvido. Comienza, como no podía ser menos, diciendo en un soneto: “Tiempo. Toro de luz viniendo siempre,/ grifo de sangre para decir los días/…”, y ese tiempo y el espacio que lo habitó se hacen carne de memoria: “Más que aquellos que allí fuimos alguna vez,/ extrañan las casa./ - El polvo intacto, cada cosa en su frío - / Regresamos a las habitaciones/ para que los objetos vistan sus huesos/ con el asombro de ser encontrados./ La nostalgia que nos recorre entonces/ es la lengua del hierro conteniendo el vacío./ Idioma de lo que un día habitamos.” . Y la memoria es capaz de hacer revivir el estallido floral de las cunetas: “Éramos domingo en la carretera,/ un enjambre de primos que restaban/ los kilómetros al sabor del cloro/ y hundían la semana en la piscina. Allí aprendimos el beso de los higos, /la electricidad verde de la ortiga./…”. Claro que todo es pérdida, sangrante herida, por ello la recurrente llamada al olvido, olvido como lenitivo del dolor: “Cuando quise volver sobre mis pasos,/ las aristas de todo lo que había/ perdido alguna vez me iban sajando/ las manos…”.

Intenso poemario íntimamente condensado en un sentimiento que tiene mucho de existencial en cuanto ceñido al tiempo y a sus circunstancias se hace llaga y dolor, en un asumido presente, “…un cadáver de tiempo tan joven que no sabe irse del todo…”.

Francisco Basallote

Esta tarde recital en Montequinto. Los Otros Mosaicos


LOS OTROS MOSAICOS. Existen muchos tipos de mosaicos (del latín mosaĭcum,obra relativa a las Musas). Pero sólo algunos se dejan ser en la claridad de la sombra. Es la belleza ocre de los márgenes, la vida cosida en los otros mosaicos: Iván Onia Valero, Esperanza Garcia Guerrero y Rocío Hernández Triano. Con la presentación de Enrique García Pozo. El próximo viernes 23 de mayo, a partir de las 21h, en plaza del Mercado de Abastos, se desarrollará en la Feria del Libro de Montequinto una lectura poética en la que las voces se entrecruzan como una serie de mosaicos entrelazados. Porque los otros mosaicos ofrecen la oportunidad de ser árbol, tormenta o cicatriz. Porque los nombres gastados, las manos arrugadas y la garganta se harán arquitectura entre voces y miradas distintas. Miradas cosidas en los otros mosaicos.

martes, 14 de mayo de 2013

Soneto verde (Para N.)



Tiempo. Toro de luz viniendo siempre,
grifo de sangre para decir los días,
vuelo de muertos, mosca de noviembre,
bestia por los espejos, grande y fría.

Hay una higuera que sueña naranjos,
una naranja que quiere ser trigo,
una espiga quemándome las manos,
unos dedos cerrándose en un higo.

La hiedra, como mil llantos cayendo,
soneto verde para herir los muros,
curva vegetal del árbol creciendo,

carne de nieve que vuelve en el viento,
caballo inmenso del reloj oscuro,
galope entre las dos nadas. El tiempo.

Iván Onia Valero de Galería de Mundo y Olvido. Ediciones en Huida 2013
Ilustración de Álvaro escriche

lunes, 13 de mayo de 2013

Que nadie duerma

¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
También tú, oh Princesa,
en tu fría habitación
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza.
Mas mi misterio está encerrado en mí,
Mi nombre nadie lo sabrá. No, no
Sobre tu boca lo diré
Sólo cuando la luz brille
Cuando la luz brille
¡No, no, sobre tu boca lo diré!
Y mi beso derretirá el silencio
que te hace mía.


Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!


¡Disípate, oh noche!
¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba, venceré!
¡Venceré!
¡Venceré!

Nessun dorma! Nessun dorma!
Tu pure, o Principessa,
Nella tua fredda stanza
Guardi le stelle
Che tremano d'amore e di speranza.
Ma il mio mistero è chiuso in me,
Il nome mio nessun saprà!, no, no
Sulla tua bocca lo dirò!...
Quando la luce splenderà!
Quando la luce splenderà,
No, no, Sulla tua bocca lo dirò
Ed il mio bacio scioglierà il silenzio
Che ti fa mia!...


Il nome suo nessun saprà...
E noi dovremo, ahimè, morir, morir!...


Dilegua, o notte!...
Tramontate, stelle! Tramontate, stelle!...
All'alba vincerò!
vincerò!
vincerò!

Giacomo Puccini
dall'opera "Turandot"

lunes, 6 de mayo de 2013

Vox Tremula en El jardín de las delicias organizado por Entretejas

El próximo jueves 9 de mayo realizaré un micro-recital acompañando al trío de flauta de pico Vox Tremula en el concierto que llevarán a cabo en la azotea del Hotel Alcoba del Rey (calle Bécquer, 9) será a partir de las 22:00 h y la entrada es de 7 euros.

Azotea del Hotel Alcoba del Rey (Calle Bécquer, 9. Sevilla)

Dejo aquí la información dela página web de VOX TREMULA, donde informan del evento y un vídeo de alguna de sus actuaciones. Nos vemos! ;)

viernes, 3 de mayo de 2013

16

Cómo han envejecido nuestros poemas
J.A VALENTE

A los dieciséis años escribía andamios.
Lo sé ahora.

Pensaba estrella cuando la decía;
nunca estatua y saliva,
nunca sangre de espada.

Odiaba junio porque abría ausencia.
Amaba octubre porque desnudaba
–poco más–

Un taxi no era un tigre.
Un niño no era bronce.
Un árbol no era llanto.

Por las noches buscaba en mi espalda
las alas de Tobías,
pero sólo encontré andamios.
Lo sé ahora.

Una jauría hambrienta de sentido
dormía su sed en los diccionarios,
aguardando que yo no conociera
para tatuarme las exactitudes
que ahora no consigo decir sin pudor.

La belleza fue siempre un tigre blanco
escrito por los otros, cuando aún
la poesía no era el labio duro
donde llagarse,
la carne abierta por la que decimos.

El mar, alguna vez, fue plata verde,
pero nunca este muerto de ahora;
su mensaje de jóvenes desnudos
que nos canta miserias de luz,
anatomías que ya no son posibles
porque dibujan ese muro ciego
entre el pájaro y su llama.
Porque a pesar de nuestra obstinación
en el recuerdo, a veces, es el tiempo
quien se empeña en materia de olvidos
y nos deja temblando en las orillas
su realidad y el puñetazo en el estómago
como un dialecto prístino para aprender la vida.

A los dieciséis años escribía andamios
para subir a un cielo que siempre había crecido hacia
[abajo
y creía que dos muchachos forman un hombre
para ser arrojado en plena noche
a sobrevivir al músculo del mundo.

Dos muchachos,
sumados uno encima de los hombros del otro
para sanar la duda con certezas,
con el bisturí de lo que no admite abismo.

Pero hay senderos claros en el viaje
y es fácil comprender algunos límites,
que nunca se es más hombre que en aquellas
jornadas de calor e incertidumbre
o que uno no es el doble de aquel que soñaba
atrapar las palabras en su filo,
sino apenas mitad,
lo que ha ido escribiendo en estos años
hasta ser un cobarde hecho de sílabas,
un poema inexacto para siempre.
El hombre que amó ser alguna vez,
la metáfora breve de una edad.


Iván Onia Valero de Galería de Mundo y Olvido (Ediciones en Huida, 2013)