lunes, 19 de febrero de 2018

Los gorriones


La precisión
del miedo
es el arco
del violín

TOBÍAS CAMPOS FERNÁNDEZ

Hace años, cuando yo era inocente y sabio,
ya erais el bisturí oscuro y la alarma,
el himno pensando en hombres despiertos.

Hace años, cuando los ojos cerrados
y el frío eran la misma palabra,
yo iba al colegio dentro del invierno
y amaba las rodillas astrales de mis compañeras.

Ya por entonces, entre el valor y la lluvia
había una trinchera de árbol
y un amor de pan os domesticaba.

Aquí,
debajo de vuestra sucia línea,
vivo y triste igual que los hoteles
de arrabal a los que el viento rompe
media estrella,
he seguido.

Amé vuestro desorden
porque cosía las llagas del agua
y hacía creer en los aviones
que se pierden buscando bosques en llamas.

Suma de corazones, más alas, más ojos,…
igual que luces negras.
Eso seréis hasta siempre,
violines asustados,
geometría para venir del hambre
a mis edades.

Iván Onia Valero, de Hermanos de Nadie (karima Editora) 2015

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