miércoles, 5 de septiembre de 2018
Birthday letters
He estado pensando en qué sería de mí cuando tú naciste.
Estaría en el campo,
una noche como esta, con mi abuela,
haciendo moñas de jazmines,
haciéndome, ella, dos trenzas para recogerlas y ponérmelas todas,
porque luego las colocaba en un platito con un poco de agua en mi mesita de noche,
para que no vinieran los mosquitos.
Habría pasado la tarde liada con las libélulas, y cogiendo ranitas y grillos al caer la tarde.
Los guardaba en una caja y les ponía lechuga y tomate.
Antes de acostarme los soltaba, claro.
Justo cuando iba a dormirme estaría dándole vueltas a lo del colegio, estaría asustada pensando en cómo sería eso.
Acostumbrada a mi guardería, mis profesoras que tantas cosas nos enseñaban y tan buenas eran.
A veces no quería ir y me recogían en mi casa,
me llevaban en brazos dándome besos.
Fíjate,
he recordado eso escribiéndote.
Ya sabía leer, escribir, sumar, restar, multiplicar, dividir y hacer raíces cuadradas simples cuando naciste.
Seguramente mi abuelo me habría escrito frases para que yo las copiase,
empeñado en que aprendiera a hacer su maravillosa caligrafía inglesa.
Te encantaría cómo escribe mi abuelo, sus plumas, sus bolígrafos y su librería.
No recuerdo si con esa edad acompañaba a mi abuela a ver a la Virgen de los Reyes.
Pero sí recuerdo perfectamente el olor a nardos al verla, y cómo nos poníamos de churros después.
También he pensado en que has nacido el día de la Virgen,
el día de la mujer,
de la madre en realidad.
En esa sensibilidad tuya, hay mucho de lo femenino que es necesario para meterte por los ojos de una mujer y atravesarle el corazón y el alma.
Para poder sanar a alguien como yo tienes que tener ese algo especial que tú tienes,
mi amor.
No es ninguna casualidad que eligieras este día para nacer,
te quiero.
the girl of the girls
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