sábado, 21 de abril de 2012

Poesía


Estuvo siempre en mí este caudal decible,
este río de oro en el que siempre navegó mi voz
sin salvavidas y nunca cesa de correr su ímpetu,
sus altas aguas con su propia edad,
con su mismo oro joven.
Porque ahora veo que no vino todo este tiempo acompañándome,
soy yo quien ha de acompañarlo hasta el día
que siga ya sin mí.

Tomás Segovia

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