La lluvia con su memoria...
ADRIANA SCHLITTER KAUSCH
De un cielo descosido se vierte esta
leche azul que ya sabe a ti en los hombros.
Recuerda a un verano de asoladas
barcas y restaurantes de ventanas
fingidas con turistas refugiándose,
de bañistas confusos con la lengua
extendida y los ojos en un puño,
y a un parque de octubre con cinturas
y brazos hechos nudo bajo el paraguas.
La lluvia se hace labios en la memoria
y es imposible no volver atrás.
Más cuando la avenida vuelve a ser
tumulto verde, voces de semana,
y los charcos existen como un circo
que pronto dejará la ciudad.
Pero sobre todo si hay sangre seca
en las vidrieras del café y no puedo
dejar de pensar en manchar el barro
con mi dedo limpiando tu nombre.
Iván Onia Valero
No hay día, ni hora ni momento en el que esto no consiga emocionarme.
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