lunes, 21 de marzo de 2011

Volver

Aunque inalcanzable parezca
el tiempo de frutecer
MARTÍN LUCÍA

Uno al final convoca al insomnio de un bostezo
y decide encender el fluorescente
dos meses después, como si dios prendiera
en su escritorio de polvo a la luna desterrada
y una ceguera cándida trajera
los versos que creyó suyos un día,
la labor de sus dedos olvidada.
Entonces todo vuelve a fluir rápido;
la sangre está agolpada en el recuerdo,
lo rodea, lo exprime, gira la mano
bajo la noche y teme a la palabra
amor, que siempre llega cruda y despiadada
igual que un desafío en la garganta.

He regresado desde el invierno como un pájaro
desvencijado a esta primavera de fresas
donde nadie soporta decir melancolía
sin pudor y los árboles estrenan la piel
de adolescentes que se apoyan ebrios y salidos
sobre las verdes ingles de su tronco.

El mes de abril dispersa a los suicidas
y los convoca para el sol de otoño,
los universitarios beben litros
a la luz con sonrisas impecables,
y en una plaza ya sin policías,
se confunden de labios,
se aman en plena fiesta.

Ley absurda ésta de volver en primavera
aunque la vida sangre como una baba
por las esquinas rotas del corazón
y la esperanza exista como una tibieza linda
que se va enfriando a medida que no regresas.














Iván Onia Valero

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