la ceniza del beso que contuvo
unidos la madera y el grafito
y son ahora sólo hojas que caen
con cada nueva vuelta en la cuchilla,
pálidos abanicos, minifaldas
amarillas y negras de STAEDTLER
que descubren la punta tenaz, mate,
alerta para los blancos senderos
de la página, como un soldadito,
igual que alguien dispuesto a demolerse,
a desgastarse para ser un verso
y asume el riesgo de quedar borrado
sin inmortalidades ni testigos.
Sacar punta a un lápiz es volver
y en cada media vuelta descendemos
caminos sin saber bien los lugares
a los que se regresa, puede que sea
a aquella infancia en la que fuimos cómplices
-goma en ristre- de la equivocación,
para desde allí unir aquel tiempo a este:
promisorio presente de la duda.
Iván Onia Valero
Me encanta esta poesía, de lo vulgar y cotidiano haces que cualquier momento, acción que solemos hacer a diaro sea especial, reflexivo,íntimo muy personal.
ResponderEliminarSomos un grupo de alumnos de 5º de primaria, tu poema nos ha llegado al cole a través de una profe que te conoce: Alicia. Nos ha gustado tu poesía y la hemos comentado en clase. Hemos llegado a la conclusión de que tu poesía está relacionada con la vida. Nos puedes enviar algunas poesías al correo electrónico de la profe: pilarprofecamarena@gmail.com.
ResponderEliminarPor otro lado queremos que sigas haciendo poesía y un día vengas a nuestro cole y tu mismo nos las leas. Un saludo. Los alumnos de 5º de primaria del CEIP Nº 2 de Camarena (Toledo).