lunes, 28 de diciembre de 2009

Dignidades


Hay cosas que no se entienden a la primera, esta foto por ejemplo, en blanco y negro con lluvia, pareciera la imagen de una desolación lastimera si no fuera porque el personaje que aparece en el centro está aplaudiendo; ¿qué aplaude?, ¿a qué desafía con ese chándal barato y sin paraguas?, el niño que está a su lado, ignoro si su hijo, pero me gusta imaginar que sí, parece estar con la mirada preguntando eso que ustedes también ignoran. La imagen es en el estadio del Betis (sin real ni ná) pocos segundos antes de que acabe un derbi que perdía el equipo de las listas, que iba a perder en pocos segundos irremisiblemente por cero a dos. El cabreo que llevaba uno escaleras abajo era descomunal, perder con los palanganas que nos pasaban en todo y encima una mojá de propina(cágate lorito).La imagen la tomé con el móvil cuando me disponía a ser tragado por un vomitorio y la he archivado desde entonces en mi memoria, aún me pregunto qué aplaudía ese hombre, por qué se mojaba y empapaba a su hijo también, por qué la escojo hoy para hablar de ésto. Quizás haya mil preguntas más, mil fotos que representen a un equipo de una forma más estética, menos penosa, mil razones para cambiarse de escudería, (y más ahora con la que está cayendo) de lo que no dudo es de que no hallé imagen que representara la dignidad con el guantazo visual de esta, ni de que yo, tal como me escupe el espejo cada mañana, pudiera pegarme al corazón otros colores que no fueran los que siempre llevé. Y es que hay preguntas que sólo pueden responderse si uno ha estado bajo la lluvia aplaudiendo a los muertos, cosas que no se entienden a la primera.

Iván Onia Valero

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