domingo, 22 de diciembre de 2019

Lo que los gitanos le dijeron a mi abuela cuando aún era una niña


Vas a ser la nieta preferida de la guerra, la enfermedad y el hambre.
Vas a ser una persona ciega mirando una película muda.
Vas a poner cebollas picadas y pedazos de tu corazón
en la misma sartén caliente.
Tus hijos van a dormir en una valija atada con sogas.
Tu marido va a besar tus pechos cada noche
como si fueran dos lápidas.

Ya los cuervos se están preparando
para vos y tu gente.
Tu hijo mayor va a estar acostado con moscas en los labios
sin sonreír o levantar la mano.
Vas a envidiar cada hormiga que encuentres en la vida
y cada hierba junto a las rutas.
Tu cuerpo y tu alma se van a sentar en diferentes peldaños
masticando el mismo chicle.

Pequeña, tesorito, ¿estás a la venta?, va a decir el demonio.
El dueño de la funeraria va a comprar un juguete para tu nieto.
Tu mente va a ser un nido de avispas incluso
en tu lecho de muerte.
Le vas a rezar a Dios pero Dios va a poner el cartel
de No molestar.
No preguntes más, es todo lo que sé.


Charles Simic
fotografía de Gottfried Helnwein

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