domingo, 29 de diciembre de 2019

Hotel Insomnia


Me gustaba mi cuartucho,
su ventana frente al muro de ladrillo.
En la habitación contigua había un piano.
Algunas noches al mes
un viejo minusválido venía a tocar
"My Blue Heaven".

Aunque la mayor parte del tiempo estaba tranquilo.
Cada cuarto tenía una araña bien abrigada
cazando moscas en su telaraña
de ensueño y humo de cigarrillos.
Era tan oscuro,
que no podía verme la cara en el espejo al afeitarme.

A las 5 de la madrugada se escuchaban unos pies descalzos arriba.
Era la "gitana" adivinadora
que tenía una tienda en la esquina,
y que iba a orinar después de una noche de amor.
También, una vez, escuché el sollozo de un niño.
Tan cerca, que llegué a pensar,
por un momento, que era yo quien sollozaba.

Charles Simic
Cuadro: "Taza de váter y ventana", de Antonio López

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