domingo, 29 de septiembre de 2019
el amor mío
es un corazón inmenso tragando polillas
el verde campo los cuatro pies que a gritos le
caminan
después de la sonrisa de asomarme hasta su puerta
y cerrarme los ojos en este nombre suyo
de niño con corbata y manos rojas
que siempre cuando es lejos yo extraño
como a los ríos que se ponen a aguardar paisajes
como a las castañas que bizquean en los bolsillos
cuando es hombre de muchas fuentes
de muchas ventanas abiertas a la planicie de la nieve
el amor mío
me ordena el pelo como cálidos domingos verdes
como campanarios de iglesias propicias a los hijos
tiernos
de mujeres con muslos fuertes que se rascan la nariz
que se agarran los perdones y los cuidan y los nanan
y los paren en pequeño y a escondidas
el amor mío
me acurruca en su bostezo y se le vuelven jardines los
brazos
y mancha de chocolate con pan el labio
tan amargo tan de sucio y buena leche
y es a mí a quien viene y sucede con un tobillo torcido
sorprendido y deformado de frotarnos los caminos
de rugirnos las tripas el hambre inmensa
de querernos tranquilos y brillantes y diáfanos al frío.
María Sotomayor
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