miércoles, 15 de mayo de 2019

Toda la vida


El lazo de tus brazos deslumbrantes y frescos.

Una aventura de primavera ya en verano
verde en los prados blancos
cribada de esperanza y de rocío.

No olvidemos al ruiseñor
ni el ajedrez escondido en la arena
ni los huesos de los difuntos
ni las hojas muertas que entraron
en la eternidad de diciembre.

Una mirada amplia como el silencio
en este momento nacemos
dicha de los ojos el amor no tiene límites
antigua confianza conservada
brazos pródigos brazos repetidos
alimentados de sueños.

Como si no estuviéramos más que tú y yo en la tierra
y la sonrisa de nuestros gestos simples.
Podemos permitirnos
no olvidarnos de nada
promesas sin razón pues todo hemos jurado
desde siempre
nada tenemos que inventar.

Y a todas partes vamos.


Paul Eluard

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