lunes, 18 de junio de 2012

No tus venas






















El jovencillo se olvidaba.
Eran las diez de la mañana.
Su corazón se iba llenando
de alas rotas y flores de trapo.
Notó que ya no le quedaba
en la boca más que una palabra.
Y al quitarse los guantes, caía,
de sus manos suave ceniza.



FEDERICO GARCÍA LORCA



Vete tú.

Mide la resistencia que gravita
entre tu cuello y el árbol más alto.

Si quieres.

Invoca a dentelladas circulares
a Morfeo triunfante y muérdete el sueño
como el que cierra la que fue su casa.

Permite que el relámpago del tren
venga a desordenar tus huesos rubios
hasta parecer un tesoro abierto
-monedas de oro en medio de la vía-

o visita en la noche el infierno
y sus casinos para volver limpia,
descalza en la navaja de los lunes.

Haz lo que quieras,
pero no destrences tus venas.
Por las que corre todo lo que callas
y te llega la tinta hasta los párpados.

Déjalas aquí para los que amamos
cómo empujan la sangre cuando suena:


Alcanzo mis manos
que han sido besadas
por el peso de lo que uno
recuerda más tarde

Se parece a ti
esto que está atardeciendo

Não virás porque eu digo que virás



para que levantemos los columpios verdes
donde decirnos

-mecidos, extraños-

cómo eras.


Iván Onia Valero

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