martes, 5 de junio de 2012

El labrador de estrellas















Porque el sueño sólo era el intermedio
entre una luz de barro y una luz de botellas
y la carne la dicha malgastada
y un reloj la tinta en el océano

porque nadie como él supo lo poco
de lo que vale una vela

él que apoyó la aguja del compás
en la órbita herida de los astros
y diseñó un turbante para el tiempo
y nos dejó una incógnita de seda

omar viejo borracho
vivirás largos años bajo tierra
sin hijos ni mujer
y ni siquiera vino

como un poso apurado tu sonrisa
deshecha de taninos
tu juventud de estudios
tu lucidez de persa

que la materia perdone a la política
que tu sangre circule por las viñas
que tu aliento alimente nueva vida.

Jorge Díaz Martínez

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