miércoles, 1 de junio de 2011

Sólo nos queda

Es que llueve
se te ocurrió vestir manga corta
y te ha caducado el bonobús

tu jefe
sigue siendo el mismo hijo de puta
que aún no te ha dicho
si podrás cogerte vacaciones este año.

Has tenido que volverte a casa caminando.

Los 12 kilómetros
te han dejado sin saliva
y ni un solo chavo
para poder comprar un trago de agua.

Antes de cerrar los ojos
para conjurar un nuevo día
recorres con la lengua
las costuras elásticas
que se me han quedado grabadas
en las caderas.

Las lames despacio, repasándolas,
como si quisieras borrarlas o
quien sabe
si tatuarlas en tus papilas.

Y es que
aunque haya cogido este par de kilos
y me hagan falta unas nuevas
porque se me han quedado pequeñas
la economía
ya no da ni para eso.

- Sobreviviremos -, dices
- viviremos – respondo.

Pues en estas noches
de pan y cebolla

el mundo
ya nos ha demostrado

qué solo nos queda
(y con eso basta)
la oscuridad
tu boca
mis manos
y esta otra humedad

que también
puede empañar los cristales.













Irene Nárdiz

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