Es invierno otra vez, y mis ideas
sobre cualquier posible paraíso
me parece que están bastante claras
mientras escribo este poema
pero,
para qué no admitir que fui feliz,
que a menudo me acuerdo?
En estas otras noches de noviembre,
negras de agua, cuando se oyen bocinas
de barco, entre dos sueños, uno piensa
en lo que queda de esos días:
algo de luz y un poco de calor
intermitente,
como una brasa de antracita.
Jaime Gil de Biedma
No hay comentarios:
Publicar un comentario