Cada hoja verde se mueve en el sol
como si perdurar fuese su inefable destino
MARIO BENEDETTI
Qué golpe de atmósfera te descuaja
de la madre rama, de la hermana hoja.
Qué viento urbano te suspende,
balancea tu anatomía
de cadáver novato
por la tarde en ciernes.
Qué cama dura de ciudad
te acoge: acera, asfalto, charco…
hasta desmembrarte toda
-dejar de ser,
nada ya-
anónimamente.
Iván Onia Valero (2007)
¿Lo ves? Esta es una de las infinitas razones por las que han confiado en tí para un nuevo poemario.
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