viernes, 5 de agosto de 2011

Era un mar

Hay tantas muertes como teologías,
pero todas se juntan en la espera.
MARIO BENEDETTI


Puede que al fin todo sea reducible
a un esquema de tres trazos,
a saber: calma, caracolas. Nada.
Puede que al fin la muerte sea un mar,
y que todos flotemos sin palabras
en la terrible profundidad, donde
la luz sea un mito de la memoria.
Puede que el agua ahogue lo que un día
fuimos y que tanta transparencia
nos sabotee la conciencia en masa,
al punto de olvidar que alguien volviera
desde el más allá -como un emisario-
para advertir a quien vaya quedando
de la ausencia de juicios y de cielos
en el futuro acuático que aguarda.
















Iván Onia Valero

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