martes, 8 de marzo de 2011

Lo que la final nos roba. Versión 2.011



Antes de que despuntara la mañana
y antes del cambio de guardia de las torres centinelas gaditanas,
he pasado por sus calles sin que ninguna me viera,
he robado su bandera y he cruzado el torreón
y el Campo del Sur sonriendo me ha empujado con el viento
hasta la plaza de las siete catedrales
porque el muy demonio sabe que si allí me encuentro a dios
él dará la media vuelta, abandonará su casa
y dejará la puerta abierta para que aquí reine yo.
Que aquí no se necesita más que nuestras mojarritas,
que son las únicas que reinan en la tierra y en el mar,
allí no hacen falta más reyes, dioses ni demonios
que en Plaza de San Antonio un pregón de carnaval
sea para bien o para mal convoca a la ciudad entera
y se hace ley de una manera tan anticonstitucional y tan nuestra,
que ya no se necesitan más que nuestras mojarritas.
No es libertad, es una cárcel sin más reja ni alambradas
que su forma de vivir y cuando la quieren abrir solita se vuelve a cerrar.
Valga la pena soportar esta condena si con ella tengo llena de un deseo el alma mía.
Que por más siglos que pasen y puentes que pongan,
no se vaya la alegría.

Juan Carlos Aragón Becerra

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