martes, 29 de junio de 2010

Licenciados: embarazadas y sobrios

A Víctor

El gorrión que volaba en nuestro verso
mojará sus alas en el olvido,
nostálgico se dormirá en el nido
de los bares donde palman los besos,

y allí cantaremos una noche
con la guitarra de la media luz
el cuplé de los viejos reproches,
la canción de la eterna juventud.

Adónde emigrarán los corazones
cuando en el aula sintamos frío
y no haya nadie a las tres de la tarde.

Sólo tendremos absurdas razones
para quedar vestidos de domingo
y querernos y olvidarnos de barde.

Iván Onia Valero













Praga, Abril de 2006

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