viernes, 16 de agosto de 2019

Agosto


Este irse convirtiendo.
Aquel principio. Fábula de invierno.

Hay una horquilla de nuestras vidas
que sólo existe en la voz de los otros;

eras bueno cabezón y rubio
una gitana te quiso comprar
amabas la teta de tu madre

Una parte de ti es mitología.
Has crecido sabiendo que en la casa
duermen pirañas dentro del pasillo,
que tu blandura mirando
es heredada del abuelo cuando la guerra
y por eso la bala del húmero
o aquella canción de plomo
que hoy tarareas sin comprender.

Ulises, Capitán Nemo (sois lo mismo)
¿de quién es esta vida que te dicen
porque ya la memoria aún y tierna?
Tallito rubio,
ya por entonces triste y atolondrado,
pañuelo fino para llorar temprano
la luz alcalina de candelabro,
el olor a enebro del futuro.
Llorar el patio con sus trenes,
sus bragas sucias,
sus niños que ya los hombres que tú
nunca,
en tu rincón de contar creciendo:

uno, dos, tres…

te hicieron lento, por eso
miras crecer la yerba
o pronuncias las cosas y la boca
se llena de relojes y tuyas.

Tu madre era una sandía de agosto
-luna de cuento infantil-
de ti redonda aquella tarde,
de tu grito blanco adentro.

Niño polizón
Niño despiste
Niño leyenda


en tu rincón de contar sigues:

cuatro, cinco, seis…

lento, para los libros y la rosca de la yedra,

para comprender que la vida después y sólo
este camino que va de la fábula a la física.
Este irse convirtiendo uno de llanto en preguntas.

Iván Onia Valero
poema inédito recogido en la antología "Luz Sur" Unaria Ediciones (2016)













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