Vastas son las variantes del olvido:
el óxido, la sangre coagulada,
los cementerios de automóviles, el musgo
suturando las llagas de las piedras,
el resplandor de las farolas
en los charcos, las botellas vacías.
Pero ninguna tan veraz como esta página
escrita por error en la amenazadora
coyunda del vacío de la noche,
justo cuando desploma la impotencia
su pesadumbre sobre la escritura.
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