domingo, 30 de octubre de 2016

Soliloquio del marciano enamorado

Para el IX Encuentro de Verdes Escritor@s y Creador@s de Moguer, ha salido a la luz una antología de temática alienígena publicada por Cangrejo Pistolero Ediciones en la que aparece este poema mío escrito ex profeso para la misma.






















Yo vengo del planeta triquitrán, ahora mismito acabo de aterrizar, estoy buscando un sitio para aparcar pero esto es horroroso
déjate de tonterías que los extraterrestres no existen
CHIRIGOTA: LOS TITI DE CAI

Vente conmigo a Saturno este fin de semana
JUAN CARLOS ARAGÓN


Quiéreme, serrana, detrás de Orión.
Ay qué dirían si supieran.
Son los planetas fuertes cascabeles
y encierran tintineos dispares
como vuestros idiomas. Dime otra vez
cómo se dice para siempre en Islandia
cuando una boca espanta el rayo boreal.
Háblame francés básico,
las tres frases que los novios memorizan
por los Campos de Marte, justo antes
de subir a las altas torres y largar
la perorata gris de los amantes

veux-tu m'épouser
je t’aime mon amour
me pidieron la mano en París y llovía

sois tan tiernos y os sudan las manos en momentos así.

Desde siempre admiramos vuestros ojos,
son pocos y de colores, como Fobos y Deimos,
la fascinación vence a la función;
por eso os enamoráis,
por eso seréis invadidos
y borrados de la historia,
por vuestros hermosos ojos.
Porque hay quien reza el Kadish en Bagdad,
Porque otros gritan nuestras frentes se inclinarían bajo el yugo
y la historia cambia,
oh Marat, príncipe de las bañeras,
y la historia nunca cambia.

Por crear sinestesias y pirámides.
Por pensar que un violín era posible.

Ese desprecio por el pragmatismo
es un chiste sideral y una llamada a la sangre.
Y aquí estábamos, prestos para la aniquilación.
Era esta misma noche y apareciste
con el vestido azul, humana, oriunda,
sinécdoque de la Tierra. Tan tristemente tú.
Ay qué dirían si supieran,
niña de cascabeles,
gitanita de Andrómeda
de este amor extranjero que me hace cantar

y si me gusta la Tierra
es por culpa de tus besos,
vente conmigo a Saturno
ay este fin de semana,
sé de un hotel en su anillo
con balcón al universo,
universo más perverso
que los besos de tu cama

Mira en qué has convertido al Capitán Batty
de la Unidad Invasora 211,
una pena verde que va cantando en el espacio
las alegrías del Beni de Cádiz
y los cañones de Tchaikovsky.
El que venía a destruiros por vuestra torpe belleza
con un cuchillo de estrellas romas
y ahora vuelve a casa, castaño y triste,
-como tus ojos-
chocando en el bolsillo las llaves de Tannhäuser,
dispuesto para abrirte, serrana,
todas las cancelas del universo.

Iván Onia Valero




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