Hemos llegado al otro lado cuando el sol enroscaba
su analema. Ochos tumbados e infinitos creciendo
en el cielo mientras las tardes se nos arrugaban en la
piel como un ábaco
que frunce el tiempo.
Que lo degüella hasta encontrarnos.
Adriana Schlittler Kausch
poema escogido de
El Péndulo. Harpo Libros (2015)
No hay otro lado en la banda de Moebius,
ResponderEliminarsolo el latir constante y repetido del camino
tantas veces transitado.
Memoria sin sentido.
N.