jueves, 19 de febrero de 2015


Muera siempre el ave Fénix! nunca fuimos ceniza, venimos del barro (albero de las canteras de Alcalá y agua del pozo de los hundidos) y del barro emergemos siempre con una canción cateta y un trozo de pan duro entre los dientes. No estamos en crisis, como la poesía pura y sin luces, nacimos con la belleza indestructible de los cadáveres jóvenes. El milagro de una metáfora a tiempo nos salva de la muerte -ojos azul marino, azules como pianos negros- y un poco de alegría nos hace bailar encima del mármol barato de las lápidas que nos contienen. No busquen más, no lo entiendan.
Eso somos; barro de tercera y transistores, cerveza y letanías, derrota y milagros en adobo.

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