miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cobres (fragmento)


Se aleja otra vez el verano y tampoco supiste ser joven.
Es el tiempo de regresar al anciano vocabulario, de llamar corazón al corazón. Es hora de los músicos solitarios, de las ventanas que se cierran oponiéndose al viento, de todos nosotros y nuestra miseria tremante. Tiempo de caminar la inmemorial ciudad con paso antiguo como un apellido.

No supiste ser joven. La juventud era un teclado colorado y brillante y golpeaste sobre él con la urgencia enfermiza de quien carece demasiado -y no se articuló la melodía total, sino una vaga dispersión de acordes insumisos y algunos blues cargados de espalda como semanas mojadas de lluvia. Ahora pagamos aquella tan precaria disposición con un poco más de nostalgia insolente. Y con un poco más de amor a estos muros que de alguna manera preservan años de dolor infamante, varios peines usados, misteriosas palabras que pululan disolviéndose detrás del horizonte, desconchaduras de ilusión, susurros incalificables, y un borbotón de nombres que transitan modificándose sin fin, como las nubes: todo cuanto se nos derrama mientras se aleja, otra vez, el verano.

Cobres, color de cobres y sonido de cobres.

Félix Grande

2 comentarios:

  1. No existen las estaciones
    si sabes hacerte uno con los ciclos.
    Será la primavera dulce y el invierno fértil
    en tus sienes si sabes descifrar,
    en los matices del azul, alegorías de futuro, caudales de dicha agazapada
    para ti más adelante.
    .......
    Si, definivamente me inspiras.
    Un saludo afectuoso.
    N.

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    1. Me alegra leer eso, a mí Felix Grande tambien me pone escribir jaja, un abrazo

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