martes, 19 de febrero de 2013

Poemas en los huesos XXXIX

Llueve para las vacas, las tranquilas vacas.
Las vacas de hambre,
las inmensas vacas.

Para sus ubres de calabaza,
sus dos esferas,
su cabeza y su pájaro,
para el ruido de nata.

Llueve. Sin cielo.
Para las vacas.



Iván Onia Valero

2 comentarios:

  1. No existe la justicia en esta parte del
    (terreno,
    mas es posible que llegar a algún lugar
    sin lacras ni desvelos,
    luego de ser majado por la vida
    con límites de alambre y mataderos,
    pudiera ser el justiprecio que colmara
    el anhelo inocente,
    el corto vuelo imaginado por las vacas.
    ...
    Salud.
    N.

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  2. Gracias compañero o compañera por lindar tus poemas a los que aquí lees, un abrazo.

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